Enlace original:

https://www.rumbominero.com/actualidad/mineria-ilegal-mercurio-rios/

Especialistas destacaron la urgencia de controlar el comercio de insumos químicos y fortalecer la educación ambiental para mitigar el impacto de la minería ilegal en los ecosistemas amazónicos.

Durante el Foro del Agua de Perumin 37, el panel “Retos ante la minería ilegal y el saneamiento en la gestión de recursos hídricos del Perú” puso sobre la mesa una de las mayores preocupaciones ambientales del país: el avance de la minería ilegal y su impacto directo en la contaminación de los recursos hídricos amazónicos.

Los expertos coincidieron en que el control del mercurio, su trazabilidad comercial y la formación ambiental de las comunidades deben convertirse en pilares fundamentales de la política pública para detener el deterioro de los ríos y suelos del oriente peruano.

Más de 100.000 hectáreas devastadas por minería ilegal

El director general de Políticas e Instrumentos de Gestión del Ministerio del Ambiente (Minam), Yuri Pinto, reveló que la minería ilegal ha provocado la destrucción de más de 100.000 hectáreas de bosques amazónicos y el vertimiento de 3.000 toneladas de mercurio en las últimas dos décadas.

Solo en Madre de Dios, explicó, se arrojan anualmente 27 toneladas de este metal altamente tóxico, afectando la calidad del agua y la salud de las comunidades locales.

“Estamos agilizando los procesos administrativos para facilitar la obtención de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), con el fin de avanzar hacia una gestión moderna, eficiente y sostenible”, afirmó Pinto.

El funcionario subrayó que esta simplificación de procesos busca fortalecer la fiscalización ambiental, incrementar la transparencia y acelerar la respuesta institucional frente a los impactos de la minería ilegal.


También puedes leer: Minería ilegal amenaza al café peruano en Cajamarca: ¿Qué sucede?


Control de insumos y educación ambiental: prioridades para revertir el daño

Por su parte, Claudia Vega, toxicóloga amazónica del Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), advirtió que el mercado de insumos químicos aún carece de fiscalización efectiva, lo que permite que el mercurio siga circulando sin control en el país.

“Las estrategias deben incluir el control, pero también la formación ciudadana. No se trata de imponer, sino de combinar el conocimiento científico con el saber local”, señaló Vega.

La especialista resaltó que la educación ambiental es un componente esencial para generar conciencia sobre los riesgos del uso del mercurio y fomentar prácticas sostenibles en las comunidades afectadas por la minería ilegal.

Minería formal: modelo de gestión hídrica y sostenibilidad

El vicerrector de investigación de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), Henry Polanco, sostuvo que la minería formal peruana sí cuenta con estándares de gestión hídrica responsables, basados en la recirculación del agua y el monitoreo ambiental continuo.

“La minería ilegal es un tema complejo. Muchas comunidades optan por el dinero rápido de la informalidad, pero con leyes por sí solas no se resuelve”, enfatizó.

“En la minería formal, el uso del agua se optimiza y se recicla bajo criterios técnicos y ambientales”, añadió.

El académico recordó que la academia peruana dispone de soluciones tecnológicas viables, desarrolladas en universidades y centros de investigación, que podrían implementarse en alianza con el Estado y la empresa privada para mejorar la gestión de recursos hídricos en zonas de alta presión minera.


También puedes leer: Oro llegaría a US$10.000 por onza hacia 2030, según Wheaton Precius Metals


Un reto estructural para la sostenibilidad del agua

El panel concluyó que el problema hídrico vinculado a la minería ilegal es de carácter estructural, pues afecta no solo al ambiente, sino también al desarrollo económico y social de las regiones mineras.

Los especialistas coincidieron en que es indispensable fortalecer la cooperación interinstitucional entre el Estado, la academia y la industria formal para combatir el uso de mercurio, restaurar los ecosistemas dañados y consolidar un modelo de minería sostenible.