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En medio de un panorama incierto, los metales preciosos enfrentan una volatilidad inusual.
Los precios del oro y la plata retrocedieron el miércoles, extendiendo las pérdidas registradas en la jornada previa, cuando el metal precioso sufrió su mayor caída en más de cinco años. El oro al contado cayó por debajo de los US$ 4,100 la onza en las operaciones de Londres, tras haber retrocedido más de 5% el martes, en medio de una toma de ganancias masiva luego de su prolongada racha alcista.
A pesar de esta corrección, el oro sigue encaminado a cerrar su mejor año desde la crisis del petróleo de 1979, impulsado por la incertidumbre geopolítica y los temores sobre la reconfiguración del orden mundial. Sin embargo, esta vez no hubo un catalizador claro detrás de la caída, más allá de las elevadas cotizaciones alcanzadas en semanas recientes.
El movimiento de los metales preciosos se enmarca en una jornada de cautela en los mercados de renta variable y renta fija, que también registraron descensos moderados. El índice europeo STOXX 600 retrocedió un 0,3% después de acercarse a un máximo histórico, mientras que las principales bolsas asiáticas cerraron con pérdidas, afectadas por la incertidumbre política y económica global.
La atención internacional se centró en la posible cancelación de la cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, así como en las dudas sobre una eventual reunión entre Trump y el mandatario chino Xi Jinping, factores que mantienen la tensión geopolítica en el centro del escenario.
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En Asia, el mercado siguió con atención los planes de la nueva primera ministra japonesa Sanae Takaichi, quien prepara un paquete de estímulo superior a 13,9 billones de yenes (US$ 92.190 millones) para aliviar el impacto de la inflación en los hogares. Tras conocerse la noticia, el índice Nikkei logró un repunte leve, aunque el MSCI Asia-Pacífico, excluyendo Japón, cerró con una baja del 0,4%.
El yen japonés se debilitó hasta los 151,64 por dólar, mientras el Banco de Japón se alista a mantener sus tasas sin cambios, al igual que el Banco Central Europeo. Por su parte, la Reserva Federal de Estados Unidos anunciará su decisión la próxima semana, y el mercado ya da por hecho un recorte de tasas de 25 puntos básicos.
La falta de datos económicos recientes en Estados Unidos, debido al cierre del gobierno federal, complica la toma de decisiones de la Fed, que enfrenta un escenario dividido sobre los riesgos que deberían priorizarse en su política monetaria.
En medio de este panorama incierto, los metales preciosos enfrentan una volatilidad inusual, reflejo de la tensión entre la búsqueda de refugio y la toma de ganancias de los inversionistas.