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Aunque la producción interna crece por dolomita y caliza, la baja demanda externa y los precios internacionales afectan al sector no metálico.
Pese al crecimiento interno de la producción, las exportaciones de la minería no metálica en Perú cerrarían el 2025 con una caída de 2.4 %, según datos del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales (CIEN) de Adex. Entre enero y agosto, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) reportó un aumento de 55.3 % en la producción impulsada por dolomita, caliza y granito; sin embargo, más de la mitad de los 34 recursos no metálicos muestran retrocesos. Solo en agosto, siete de los nueve principales minerales extraídos, como fosfatos, calcita, arena y sal, registraron caídas.
Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) y de Buenaventura, explicó que la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha golpeado al sector. “Antes de que lleguen los aranceles, China inundó el mercado con materiales más baratos, y el precio se cayó. Cuando eso sucede, deja de ser rentable producir”, afirmó a diario Gestión. En los primeros ocho meses del año, las exportaciones sumaron US$ 651.7 millones, una disminución de 8.9 % respecto al 2024, con impacto directo en empresas locales.
Los fosfatos de calcio, que representan casi la mitad de los envíos, cayeron 13.8 % por un menor volumen exportado, especialmente hacia el mercado estadounidense. Gabriel Arrieta Padilla, jefe de Estudios Económicos del CIEN de Adex, explicó que esta caída responde a la ralentización de la demanda agrícola. Por su parte, las antracitas, cuyo principal destino es Corea del Sur, descendieron 5 % y seguirían en esa tendencia hasta fin de año, al igual que los productos de vidrio, que retrocedieron 52.5 %.
¿Qué factores definirán la recuperación de la minería no metálica?
Según Ortiz, el comportamiento del sector dependerá del dinamismo de actividades como la construcción, que demanda minerales como caliza, granito y dolomita. Si bien estos recursos impulsan la producción interna, la falta de competitividad internacional y los efectos de la sobreoferta global continúan afectando los ingresos por exportaciones. Con un panorama internacional adverso, la minería no metálica enfrenta el reto de diversificar mercados y fortalecer su cadena de valor para evitar un segundo año consecutivo de contracción.