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Moody’s Ratings advierte un crecimiento limitado para el sector metalúrgico y minero mundial
El tablero global de los metales vuelve a moverse. Mientras los mercados se preparan para un posible superciclo de materias primas, las señales de alerta también se encienden: volatilidad, tensiones y crecimiento moderado amenazan con enfriar el entusiasmo. En este escenario, Moody’s Ratings lanza una advertencia clave sobre el futuro inmediato del sector minero y metalúrgico, que enfrentará un desempeño débil durante los próximos 12 a 18 meses.
Según la consultora, el crecimiento del EBITDA agregado se limitará a un 2,5% hasta finales de 2026, afectado por tensiones geopolíticas, volatilidad en las tasas de interés y un entorno comercial incierto.
El editor internacional de Rumbo Minero, José Gonzales, explicó que “las premisas de las que parte Moody’s es que viene una desaceleración en el sector metales y minerales el próximo año”. Sin embargo, agregó que existe una corriente opuesta de análisis que sugiere que podríamos estar entrando en “un nuevo superciclo de materias primas” que estaría impulsado por la transición energética, la electromovilidad y, sobre todo, la digitalización de la economía.
La creciente construcción de centros de datos y redes de inteligencia artificial se ha convertido en un nuevo motor de consumo para los metales. Según el especialista, esta tendencia “introduce una nueva variable de oferta y demanda”, en la cual el déficit de cobre podría alcanzar entre 8% y 30% en los próximos años, configurando las condiciones estructurales típicas de un superciclo.
¿Qué es un superciclo de materias primas?
Un superciclo de materias primas es un período prolongado, que puede durar entre una y dos décadas, durante el cual los precios de los recursos naturales, como metales, petróleo o productos agrícolas, se mantienen en niveles históricamente altos debido a un incremento estructural y sostenido de la demanda global.
A diferencia de los ciclos cortos provocados por shocks temporales, los superciclos suelen estar impulsados por transformaciones económicas profundas, como la industrialización de grandes economías emergentes o, en la actualidad, por la transición energética, la electromovilidad y la digitalización de la economía.
Cobre como protagonista de la nueva era
En este sentido, pese a esta visión optimista, Moody’s considera que las interrupciones en la oferta sostendrán los precios del cobre, aunque los metales básicos en general mantendrán un comportamiento moderado debido a la fragilidad de la economía mundial. No obstante, Gonzales puntualizó que “si se da un superciclo, revertirlo va a ser difícil”, lo que contradice la proyección de la agencia.
El experto recordó que el cobre ha vuelto a superar los 5 dólares por libra, después de haber alcanzado un máximo histórico de 5,9 dólares, cuando se esperaban nuevas tarifas a productos concentrados y cátodos que finalmente no se aplicaron. “El precio corrige y, sin embargo, ya está por encima de 5 y sigue subiendo”, afirmó.
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Según Gonzales, los inventarios acumulados en Estados Unidos “solo representan seis meses de suministro”, lo que evidencia una presión constante sobre el mercado. Además, observó que el rango de precios esperado para varios años “se está materializando en cuestión de meses”.
Desafíos estructurales: sustitutos imposibles y tensiones de oferta
Por su parte, Moody’s también advierte que la expansión de la oferta y la incertidumbre comercial reducirán las ganancias del níquel, mientras que la desaceleración industrial en China y Europa afectará negativamente al zinc. Respecto al acero, la agencia prevé un escenario global de bajo consumo y sobreoferta que mantendrá los márgenes bajo presión.
En Estados Unidos, la eliminación de cuotas y exenciones arancelarias impulsará la rentabilidad de las siderúrgicas, mientras que en Asia la combinación de sobreoferta y exportaciones chinas continuará limitando los márgenes. En Europa, Moody’s anticipa una recuperación de precios y ganancias hacia 2026, apoyada en la reactivación de la construcción y la industria automotriz, aunque sin alcanzar los niveles históricos. En Brasil, la competencia de importaciones seguirá afectando la rentabilidad local.
Finalmente, Gonzales sostuvo que reemplazar el cobre será extremadamente difícil. “El cobre es un metal noble que no pierde sus características moleculares, incluso con óxido”, explicó. Además, subrayó que “toda la industria eléctrica y de electrodomésticos está diseñada alrededor del cobre, por lo que sustituirlo implicaría una inversión monumental”.