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En diálogo con Rumbo Minero, señaló que la empresa estatal necesita una transformación profunda, capital fresco y una nueva visión de gestión.

¿Le sorprendió el reciente cambio en la presidencia ejecutiva y en la gerencia general de Petroperú con este nuevo gobierno?

No me sorprendió porque ya se estaba pensando hacer exactamente lo mismo. Llevábamos meses escuchando la misma historia y no pasaba nada. Estábamos pensando hacer exactamente lo mismo y lo íbamos a ejecutar en pocos días más.

¿A qué se debía ese cambio en la empresa estatal?

Porque lo que necesitamos son personas con una visión distinta, capaces de entender que Petroperú necesita cambios profundos, reales y no maquillajes. No se trata de más de lo mismo ni de los amigos de siempre. La empresa requiere transformaciones sustanciales en su gerencia comercial, administrativa, financiera, general y en su directorio, con gente que comprenda que Petroperú puede y debe ser la mejor empresa de todos los peruanos.

Petroperú está inserta en un negocio internacional completo, que abarca desde los campos petroleros en la selva, las plataformas en el Zócalo Continental, el puerto de Bayóvar, la Refinería de Talara y el Oleoducto Norperuano, incluyendo sus ramales norte y sur. Es un negocio integral que requiere gestión moderna y visión empresarial.

En ese contexto, ¿Cuál era la situación del entonces presidente ejecutivo de Petroperú, Alejandro Narváez?

Cuando evaluamos el cumplimiento del Decreto de Urgencia 013-2024, nos dimos cuenta de que no se estaban aplicando sus medidas. Esa norma quedó sin efecto, decidimos gatillar los cambios, porque era evidente que no había interés real en implementar los puntos ordenados. Lo habían alargado y postergado; en realidad, querían que todo siguiera igual. Por eso se tomó la decisión de hacer los cambios, aunque finalmente los ejecutó esta nueva administración.

Sin embargo, debo decirlo con claridad: esta nueva administración tampoco ha hecho cambios radicales. Simplemente ha cambiado de nombres y de personas, pero no veo una nueva estrategia.

Recientemente, el primer ministro señaló que financiar Petroperú genera gasto y “hunde al país”, y que no descartaba privatizar un porcentaje de la empresa…

Decir que Petroperú hunde al Perú es una falacia absoluta. Más daño le hace al país la minería ilegal que nadie quiere enfrentar. Por otro lado, un gobierno de transición, con apenas seis meses por delante antes de las elecciones, no tiene ningún derecho a hacer cambios estructurales en una empresa que representa a todos los peruanos desde 1968. Este no es el gobierno para hacerlo.

En todo caso, esas decisiones deberán ser asumidas por un nuevo gobierno elegido democráticamente en las ánforas. Por ahora, lo que corresponde es colocar a personas competentes en Petroperú para que hagan las cosas bien y preparen las condiciones para una gestión eficiente.

¿Y considera viable incorporar capital privado en Petroperú?

Por ley, Petroperú puede privatizar hasta el 49% de su accionariado, lo cual permitiría sumar socios estratégicos internacionales con visión de largo plazo.

Deberían estar buscando capitales extranjeros como Aramco (Arabia Saudita), CNPC (China) o Petrobras (Brasil), empresas con pensamiento estratégico y capacidad de inversión. Se necesitan inversionistas que aporten capital fresco, tecnología y una nueva forma de gestión. Lamentablemente, estamos perdiendo mucho tiempo en eso.

¿Cómo evalúa su futuro político o profesional tras su paso por el Ministerio de Energía y Minas?

He trabajado toda mi vida en el sector privado y, desde 2020, en el sector público. Donde más pueda aportar, ahí estaré.