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Las tres economías latinoamericanas redujeron su riesgo soberano en 2025 tras elecciones
Tres de los cuatro países con mayor riesgo país en América Latina (Argentina, Ecuador y Bolivia) lograron importantes avances en los últimos meses, impulsados por factores políticos y económicos que fortalecieron la confianza de los mercados. En todos los casos, el giro hacia gobiernos con políticas promercado y una gestión fiscal más ordenada contribuyó a la recuperación de los bonos soberanos y a la reducción del riesgo financiero.
En Argentina, el indicador se ubica actualmente en 599 puntos, su nivel más bajo desde el 14 de enero de 2025. El mismo año, el riesgo país había alcanzado un máximo de 1.456 unidades el 18 de septiembre, tras la derrota de La Libertad Avanza en Buenos Aires. Sin embargo, luego del triunfo legislativo nacional del 26 de octubre, los bonos argentinos iniciaron un fuerte repunte. En Ecuador, el riesgo país cayó a 670 puntos, su menor nivel desde 2019, luego de la reelección del presidente Daniel Noboa, quien derrotó en segunda vuelta a la candidata correísta Luisa González.
Por su parte, Bolivia cerró el 10 de noviembre con un riesgo país de 970 puntos, por primera vez por debajo de los 1.000 desde agosto de 2023. La mejora se produjo tras la asunción del centroderechista Rodrigo Paz Pereira, quien puso fin a dos décadas de hegemonía socialista. En Venezuela, aunque persiste una situación crítica, el indicador bajó de 23.773 a 13.564 puntos durante 2025, marcando un avance significativo pese a que el país aún se mantiene fuera de los mercados internacionales.
¿Qué mide el riesgo país y por qué es clave para los mercados?
El riesgo país refleja la percepción de los inversionistas sobre la capacidad de un gobierno para cumplir con el pago de su deuda soberana. Se mide a través del Emerging Markets Bond Index (EMBI), elaborado por JPMorgan Chase, que compara el rendimiento de los bonos de países emergentes con los del Tesoro de Estados Unidos. Cuando los precios de los bonos soberanos caen, por menor confianza o venta de títulos, su rendimiento aumenta, elevando también el riesgo país. En cambio, una reducción de este indicador suele interpretarse como una señal de estabilidad, apertura económica y credibilidad en las políticas gubernamentales.