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La minería subterránea avanza con equipos diésel-eléctricos, sistemas de automatización y servicios especializados que elevan la productividad y la seguridad durante el proceso de extracción de minerales.
Una mina subterránea es un complejo sistema de pozos, galerías, rampas, chimeneas y cámaras diseñado para alojar servicios, infraestructuras y labores de explotación que permiten extraer, de manera eficiente y segura, uno o varios minerales ubicados a gran profundidad. Este tipo de operación se aplica cuando el yacimiento no es accesible mediante métodos de explotación a cielo abierto, requiriendo una planificación minuciosa y una infraestructura especializada que garantice continuidad, productividad y seguridad en las actividades.
Su trazado comprende los accesos y las excavaciones necesarias para instalar las infraestructuras que permitirán trabajar en los tajos y asegurar la continuidad futura de las operaciones. Entre los elementos habituales, ejecutados generalmente mediante técnicas de perforación, voladura y excavación -aunque con una participación creciente de equipos mecánicos de labor continua-, se encuentran las galerías horizontales, las rampas inclinadas y los pozos verticales o inclinados.
Los aspectos que deben analizarse en todo proyecto de explotación subterránea incluyen, como mínimo, los siguientes:
• Accesos: Socavones, planos inclinados, pozos y pozos inclinados
• Máquinas y/o sistemas de extracción
• Desarrollo y construcción: Plan general de infraestructura de mina
• Preparación de tajos: Perforación, voladura y desescombro
• Sostenimiento
• Transporte de materiales y suministros
• Transporte de material arrancado
• Drenaje
• Ventilación
• Iluminación
• Emergencia y rescate
• Selección del método de explotación: Productividad, dilución y determinación de la flota
• Estimación de costos
• Abandono y cierre
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TECNOLOGÍA
En los últimos años se ha evidenciado un notable crecimiento en el número de proyectos mineros planificados para ejecutarse mediante minería subterránea, y todo indica que esta tendencia continuará. En consecuencia, se estima que el número de nuevas iniciativas de este tipo podría acercarse o crecer en un futuro a las de cielo abierto. Una muestra de ello es que una proporción cada vez mayor de los desarrollos tecnológicos disponibles en el mercado está enfocada principalmente en explotaciones subterráneas.
De hecho, se prevé que un alto porcentaje de la producción minera mundial provenga de operaciones de este tipo en los próximos años. Desde la perspectiva de los proveedores de equipos y servicios, estos nuevos proyectos, junto con las exigencias derivadas de una producción de gran escala -que demanda unidades más eficientes, seguras y confiables-, representan un importante desafío para la industria en general.
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