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Anglo American Perú presentó un nuevo capítulo del ABC de Quellaveco, en el que explica uno de los eslabones más importantes –y menos visibles– del circuito logístico de la operación: los camiones encapsulados que trasladan el concentrado de cobre desde la planta de procesos hasta el puerto de Ilo.
En la entrega anterior se abordó el rol del Centro Integrado de Operaciones. Ahora, el foco está en estas unidades especialmente diseñadas para garantizar un transporte seguro, hermético y responsable.
Tecnología que sella, protege y evita emisiones
Luis Palacios, supervisor de transporte de concentrado, detalla que se les denomina “encapsulados” porque las tolvas “están herméticamente selladas para asegurar un aislamiento total del concentrado durante el transporte. Esto evita emisiones de polvo y garantiza que la carga llegue de forma segura a su destino”.
El proceso inicia con la llegada de los camiones vacíos a una plataforma acondicionada donde se verifican riesgos críticos y se confirma que los conductores hayan tenido el descanso adecuado. Luego completan una lista de verificación y reciben una charla de seguridad antes de iniciar el recorrido.
Carguío con “silencio radial” y control automatizado
En la zona de despacho, las unidades son cargadas bajo un riguroso protocolo de seguridad. Durante esta etapa se aplica el “silencio radial”, que limita las comunicaciones solo al supervisor de despacho y a los conductores para reducir distracciones.
Antes de partir, sensores infrarrojos garantizan el cierre seguro de la tapa de la tolva, asegurando que todo el concentrado quede contenido.
“Todo el proceso está diseñado para que cada conductor tenga la información necesaria, se mantenga enfocado y pueda llevar a cabo un traslado seguro. Nuestro objetivo es que el viaje sea eficiente, responsable y sin incidentes”, afirma Palacios.
165 kilómetros de seguridad y monitoreo continuo
Con todo listo, los camiones inician un trayecto de 165 kilómetros hacia Ilo. En ruta, los conductores realizan pausas activas para gestionar la fatiga y mantener la concentración.
Tras la descarga en el puerto, las unidades pasan por la zona de limpieza de llantas y regresan a la planta para reiniciar el ciclo.
En Ilo, el concentrado continúa su viaje hacia los mercados internacionales mediante una faja transportadora y un shiploader, que será detallado en la siguiente edición del ABC de Quellaveco.